Dicen que quien tiene un
amigo, tiene un tesoro. Pues yo no he podido encontrar uno mejor. Hay personas
que tarde o temprano deben aparecer en tu vida para quedarse siempre contigo. En
este caso fue más bien pronto, ya que nos conocemos desde que éramos muy
pequeñas, es más, no recuerdo el momento en que ocurrió, sino que mis recuerdos
con ella vienen de muchos años atrás.
Es una de las personas más
importantes para mí. Con ella he compartido toda clase de momentos, buenos y no
tan buenos, felices y tristes, de locura, de emoción, de fiesta, de sinceridad,
de comprensión... Podríamos estar horas y horas hablando que jamás nos cansaríamos.
Las dos sabemos que siempre vamos a estar para todo lo que la otra necesite, y
cuando no sea necesario, también.
Esta imagen fue tomada
hace bastantes años, y la he elegido por eso, porque me recuerda a muchos de
los momentos vividos.
El lugar en que nos
encontramos es en la piscina de mi pueblo. En primer plano podemos ver un trozo
de mi toalla y nosotras encima, también encontramos una parte del césped. Por
detrás, los árboles que rodean el perímetro de la piscina, y más al fondo, las
montañas, características de toda la zona donde se encuentra mi pueblo. En el
cielo podemos ver alguna nube. El foco
de luz no se ve muy claro, pero parece venir desde la izquierda, supongo que ya
sería algo más tarde o ese día no sería muy soleado. El formato de la imagen es muy horizontal, ya que estábamos tumbadas en nuestras toallas. Y los colores, debido a la estación del año en que nos encontrábamos, son muy vivos y variados.
La fotografía refleja muy bien lo que comentas después en la entrada. Pocas cosas son tan importantes en esta vida como un buen amigo.
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